Trashuman las estrellas por la noche espejada,
hay ríos de melaza y acuden a beber,
en su fulgor titilan, se sienten embriagadas,
el mar les pide un baile, descienden hasta él.
Las olas distribuyen sus cuerpos vaporosos,
en ondas balancean sus aros de cristal,
la Luna vigilante controla la marea
y un tácito lucero convoca a lo fugaz:
Caen ráfagas de polvo, el sol con sus mil dedos
espolvorea el cielo con viento mineral;
purpúreo bastidor que tensa un alto lienzo
bordado a maravilla, principio sin final.
A veces las estrellas no vagan en la noche,
ni el mar está en silencio, ni el sol marcha a dormir.
A veces, por las noches, ocurren éstas cosas
que si no estás despierto no puedes descubrir.
Wau!! No sé si se escribe así el grito de sorpresa... Y yo me la he llevado con este poema tuyo,precioso y perfecto en el ritmo,sin un solo fallo,desde mi punto de vista...
ResponderEliminarLas estrellas son traviesas,lo sabemos,pero no se dejan ver,hay que estar muy atentos y vigilantes.Por eso merece la pena quedarse sin dormir alguna noche que otra :)
El piano de Richard Clayderman completan una escena mágica donde las haya.
Abrazos María José.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarHola Jero, lo que me alegra esa exclamación tuya...muchas gracias querido profe, lo valoro y agradezco mucho.
EliminarUn fuerte abrazo.
Bonito poema, María José.
ResponderEliminarHoy parece ser el día de los poemas que dicen... O por lo menos de los que yo soy capaz de comprender.
Un gran abrazo.
Hola Ernesto, pues me encanta que lo que he escrito se entienda, si así ha sido el caso quiere decir que no lo he hecho del todo mal. A mi también me pasa que en la poesía demasiado guardada en metáforas frutos de la personalidad de su autor me pierdo, hay a quien pueda entender que la poesía está hecha para vestirla, que para lo contrario ya está la prosa, no sé, sabes que tantos gustos hay como colores. Agradezco mucho tu lectura y comentario.
EliminarQue pases un feliz domingo.
Fuerte abrazo y graciasss.