No sé el tiempo que andaba yo detrás de un poema que leí allá por los once años de edad. Lo he buscado por internet un montón de veces y no logré encontrarlo, pero hace poquito tiempo ¡lo encontré!
El poema al que me refiero estaba en un cuadernillo de lectura infantil llamado Palau, seguramente sería el nombre de la editorial, y era de mi prima Mari Carmen, que por aquél entonces tendría siete años, puesto que nos llevábamos cuatro años de diferencia.
Mi prima Mari Carmen, le decíamos Mari, hoy justamente hubiese cumplido 52 años. Trascendió a los 19 añitos y para mí sigue estando tan presente y tan hermosa y linda como siempre. Mi rubia de pelo largo y ojos azules, con una personalidad increíble. Qué seres tan preciosos alcanzan a habitar en este lado de la vida. No habría que llorarlos, sólo agradecer a Dios, al Universo y a ellos, la gran suerte que tenemos de haber conocido a estos seres que nos han iluminado y engrandecido la vida.
El poema se llama "La tormenta"
Los ángeles en los cielos
jugaban con las estrellas.
Se fue por ellos la Luna,
a los ángeles se lleva
y en camitas de luceros
uno a uno los acuesta.
Bajándose de las camas,
con pantuflas en chancleta
corren unos tras los otros
jugandito a la tormenta.
Cuando la Luna se vuelve
al oír la zapatiesta
que los ángeles hacían
al dar brincos en chancleta,
les pone cara redonda
y una vez más los acuesta.
Quedó la Luna entre nubes
vigilando la caterva
de angelitos revoltosos,
y así pudo aquella noche
terminar con la tormenta.
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