Yo no se que está pasando
que hoy los hombres se depilan,
a los pelos van minando
y sus cejas exterminan.
Buscan constantemente
en sus piernas, seda fina,
de sus brazos eliminan
cualquier vello viviente.
¡No hay dolor!, ¡no hay sufrimiento!,
dicen con voz valiente,
mas, la cera es un tormento,
una tortura caliente.
Y comienzo a divagar
si esta moda que está en alza,
acaso la iría a implantar
una mujer dominanta,
pues el bello corporal
que en los hombres se luce,
es un gen muy natural,
cual ositos de peluche.
Pues hala, si les compensan
los crueles estirones,
las cuchillas y las cremas
para así ser más ligones,
no se hable más del asunto,
ni se ponga en cuestión,
cada cuál, con susto o gusto,
decida su depilación.