viernes, 21 de junio de 2013

Dicha y Virtud.

 
Me hallo ante un dilema, señor mío,
pues antes de veros ya os amaba;
erais presencia de un delirio, que porfío,
de un querer, que sin serlo, yo cantaba.
Pedíale a una margarita mi destino,
robándole los pétalos, confiada,
esperando una respuesta, un desatino,
de dudas, la flor no me sacaba.
Y ahora que os he visto ya comprendo,
cual es la dimensión de mi existencia;
he nacido para amaros, aún sabiendo,
no ser correspondida, mi sentencia.
Mas mi dicha, a la vez, es conoceros,
y si he de presumir lo haré sabiendo,
que mi única virtud, es la de amaros.
 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario